Según las propias palabras del emperador Augusto, este monumento conocido como el Ara Pacis, fue construído por el senado romano en el año 13 a.C para conmemorar sus decisivas victorias en los territorios de Hispania y la Galia. Localizado en un lugar privilegiado del Campo de Marte, a los bordes de la Vía Flaminia, desde donde llegarían las tropas imperiales a la ciudad, debían ser un lugar de sacrificios en su honor a partir de entonces.
Guglielmo Gatti, "Ara Pacis Augustae: Le Vicende", in Pino Stampini, Ara Pacis Augustae, 1970 |
Durante el Renacimiento comenzaron salir en la zona algunos restos de mármol de increíble belleza, aunque nadie en esos momentos los relacionó con el antiguo Ara Pacis Augustae así que muchas de estas piezas terminaron diseminadas por distintos museos italianos como los Museos Vaticanos y los Uffizi en Florencia, pero también fuera de Italia, en el Louvre de París y en Viena.
Habrá que esperar hasta mitad del siglo XIX para volver a oir hablar del altar imperial. Durante unas obras de remodelación del palacio renacentistas, salieron a la luz bajos sus cimientos las primeras losas de gran tamaño correspondientes a la extensa plataforma marmórea. A partir de entonces, la idea sugerida por el arqueólogo alemán Friedrich von Duhn de asociar estos restos con el Ara Pacis, comenzó a tomar forma.
Excavación del Ara Pacis,Roma 1903 (www.en.arapacis.it) |
El régimen fascista de Mussolini aprovechó la ocasión para proyectar al mundo una imagen triunfal de su gobierno y no escatimó esfuerzos.
Los trabajos arqueológicos supusieron una verdadera obra de ingeniería, no sólo debían evitar el derrumbe del palacio sino sacar a la luz el enorme edificio de mármol completamente enterrado. La zona de trabajo más delicada estaba en la esquina sur del palacio, donde se construyó una estructura de hormigón armado apoyado en gatos hidráulicos y pilones de cementos. Para excavar en los terrenos inhundados se congeló el terreno, creando un dique de hielo de 70 metros de diámetro. Así las piezas fueron extraídas una a una, excepto el podium que fue imposible rescatar y siguió enterrado para siempre.
Solo quedaba recuperar las piezas diseminadas por los museos,aunque fue imposible que París y Viena las devolvieran, y finalmente los trabajos lograron concluir a tiempo para la conmemoración. El nuevo altar fue inagurado el 23 de septiembre de 1938 por el Ducce.
La reconstrucción fue un éxito y gracias a ella podemos disfrutar de uno de los máximos ejemplos de arquitectura conmemorativa romana.
El altar de mármol blanco de Carrara, se situa sobre un alto pedestal escalonado dentro de un recinto rectangular cerrado por un muro de unos diez metros de altura cubierto de relieves y con dos puertas de acceso (como el templo de Jano en el foro romano) que al cerrarse simbolizaban la paz en el mundo. Una estaría orientada hacia el este y otra hacia el oeste, y según el propio Augusto fueron cerradas hasta en tres ocasiones durante su reinado como símbolo de la estabilidad de su gobierno.
Podemos verlo reflejado en la elección de los temas principales, por ejemplo en los paneles de acceso al altar, a ambos lados de la puerta principal. En uno de ellos aparece el dios Marte observando complacido como la loba amamanta a sus dos hijos gemelos en clara alegoría a la fundación de Roma. Mientras que en el lado opuesto, aparece Eneas con toga cubriendo su cabeza, representado como el pater Aeneas y rex sacrorum, a punto de realizar la ofrenda de frutos. Junto a él hay dos jóvenes vestidos a la moda augusta, en uno de ellos podemos identificar con la imagen de su hijo,Julo-Ascanio fundador de la gens Iulia, que justificaría el origen divino de la dinastía imperial.
En el lado sur, y para reforzar la idea de espacio sagrado, aparece tallado con gran naturalismo la figura del propio Augusto, togado en calidad de sumo sacerdote y dirigiendo la procesión de familiares y amigos hacia el templo mientras la muchedumbre los observa. El tratamiento del relieve permite incluso identificar algunos retratos como el de Tiberio o su esposa Livia.
Pero como en otras ocasiones, para tener una visión real del monumento tal y como fue visto por el propio Augusto, tendremos que imaginarlo pintado de vivos colores como podeis ver en esta reconstrucción, muy alejada de la estética a la que estamos acostumbrados y que erróneamente fue repetida por los escultores neoclásicos.
Fuentes:
www.nationalgeographic.com.
www. cdm.reed.edu/ara-pacis/contents.php
Imágenes: Wikipedia Creative commons/ www.en.arapacis.it / www. terraeantiqvae.com/
1 Comentario:
Muy buena explicación, cabe mencionar que la Arquitectura Romana antigua también es muy importante.
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