Magallanes, un viaje alrededor del mundo : GEOHISTORIA. Apuntes Historia, Ciencias Sociales y Arte elaborados por Sira Jara

La primera vuelta al mundo se la debemos al marinero portugués Hernando de Magallanes que dirigió la expedición de cinco navíos desde el puerto de Sevilla, el 10 de agosto de 1519. La elección del puerto no fue casualidad, en esta ciudad se encontraba la Casa de Contratación encargada de todo lo relativo al comercio y la navegación americanas, y es allí donde Magallanes consigue la financiación de la corona de España para su aventura.

Retrato de Magallanes, 1841 Biblioteca Nacional de Portugal

Su intención era abrir una nueva ruta para el comercio de especias navegando hacia el Oeste, sin necesidad de bordear la costa africana como hasta entonces se hacía. Su amplia experiencia en el Océano Índico le daba mayores posibilidades de éxito, pero el viaje era muy complicado puesto que no había ninguna cartografía de la nueva ruta por la costa sur del continente americano.La intención de Magallanes era buscar el paso entre los dos océanos, Atlántico y hasta la fecha, el desconocido océano Pacífico. Después de varios intentos, consiguió encontrarlo en el extremo más al sur del contiente y desde entonces llevaría su nombre: Estrecho de Magallanes. El acceso al nuevo océano quedaba abierto y la ruta occidental hacia el Extremo Oriente parecía posible.


Estrecho de Magallanes según Pigafetta, edición de Carlo Amoretti,1800

Pero la aventura no hacia más que comenzar. La mayoría de los 245 marineros que partieron del puerto sevillano, murieron en el intento y sólo regresarían 17 de ellos. El escorbuto, una terrible enfermedad provocada por la mala alimentación y la falta de vitamina C, arrasó a la tripulación y la falta de alimento y otras enfermedades hicieron el resto.Incluso el propio Magallanes falleció en tierras de la actual Filipinas y tuvo que ser sustituído por Juan Sebastián Elcano que disfrutaría de la gloria de haber completado la primera circunavegación terrestre.

El viaje de miles de kilómetros recorriendo tres océanos y regresando por el cabo de Buena Esperanza, en el extremo del continente africano, demostraría definitivamente lo que ya se sospechaba, la esfericidad de la Tierra y aportó valiosos datos náuticos y cosmográficos utilizados para la cartografía desde entonces.

Fue un viaje largo y duro de tres años, al que sólo sobreviviría la Nao Victoria. De las cinco naves que partieron de Sevilla: Santiago, San Antonio, Trinidad, Concepción, sólo ella consigue realizar el viaje completo,el resto terminaron naufragando e incluso incendiadas por los propios marineros al no poder hacerse cargo de ellas. Su entrada en el puerto de Sevilla el 8 de septiembre de 1522 supone unaa de las hazañas marítimas más importante de todos los tiempos, sólo a finales del siglo XVI, volvería a conseguirse algo parecido por el inglés Francis Drake.

A partir de esta fecha, comienza una larga trayectoria comercial transoceánica que une todos los continentes y que sigue vigente en la actualidad.

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Entre los pocos supervivientes de esta aventura estuvo Antonio Pigafetta, joven diplomático italiano hombre de amplia cultura y cercano al Vaticano. Durante el viaje escribiría una bitácora,recogiendo datos muy valiosos para la época sobre las gentes y costumbre que se encontraron los expedicionarios, incluso incluyó en sus escritos algunos vocablos de los nativos de aquellas tierras. A pesar de la ingenuidad de su texto y de la fantasía en la descripción de algunos acontecimientos, su relato supone un testimonio de primera mano sobre el terrible viaje:

"El miércoles 28 de noviembre de 1520 salimos de este estrecho y entramos en el Mar Pacífico. Pasamos tres meses y veinte días sin provisiones de ninguna clase. Comíamos galletas, pero en realidad ya no eran galletas, sino más bien polvo de galletas con montones de gusanos, ya que éstos se habían comido la mejor parte de aquellas. Hedía intensamente a orina de ratón y bebíamos agua amarilla, podrida desde hacía ya muchos días, y comíamos ciertas pieles de buey (puestas sobre el mástil mayor con el fin de proteger las jarcias) durísimas a causa del sol, de la lluvia y del viento. Las dejábamos por cuatro o cinco días en el mar y luego poníamos un trozo sobre las brasas y así las comíamos, e incluso muchas veces probamos también aserrín de tabla. Los ratones se vendían a medio ducado"... (Relación del primer viaje alrededor del mundo)

Para saber más: Diario de Antonio Pigafetta

La Nao Victoria terminó sus días de gloria hundida en el atlántico cuando regresaba de una de sus travesía. En la actualidada existen varias réplicas en distintas zonas del mundo, una de ellas se puso en marcha con el proyecto "Nao Victoria Experience" que recordó la hazaña dando la vuelta al mundo desde 2004 a 2006.