Dicen que la venganza se sirve en plato frío, algo así debieron pensar los habitantes de Tecnochtitlán cuando decidieron vengarse contra el invasor Hernán Cortés y sus tropas después del trato recibido por los españoles durante su estancia en la ciudad.
El desencadenante de tal escarmiento, fue la matanza ocurrida poco antes bajo la supervisión de Pedro de Alvarado. Éste capitán de las tropas españolas, era conocido por su fuerte carácter impulsivo y su iniciativa militar. Se había quedado a cargo de la ciudad y del famosos prisionero Moctezuma II, mientras Cortés se encontraba ausente. Ante los rumores en la ciudad que hablaban de un ataque inminente de los indígenas, no lo pensó dos veces y decidió actuar primero.
Así, durante una ceremonia popular conocida como Toxcal, que él mismo había autorizado, se inicia el tragico final. La fiesta multitudinaria se celebraba en el patio frente a la pirámide del templo del dios Huitzilopochtli y reunía a gran parte de la nobleza de la ciudad. Según las crónicas, Alvarado ordenó cerrar las puertas del patio y pasó a cuchillo a todos los presentes en lo que se conoce como la matanza del Templo Mayor,
las cifras hablan entorno a unos 600 hombres, mujeres y niños
asesinados por los españoles y sus aliados tlaxcaltecas. Cuando los aztecas pudieron darse cuenta
de lo ocurrido, se organizaron y consiguieron acorralarlos en el palacio de Axayácatl, donde estaba prisionero Moctezuma.Hernán Cortés y Moctezuma II |
Cuando Hernán Cortés regresa a la ciudad poco después, no sospechaba nada de lo ocurrido. Los indígenas dirigieron a las tropas invasoras hacia el centro de la ciudad, para acorralarlos en el mismo lugar de la matanza. El ataque por sorpresa, cogió a los españoles desprevenidos a pesar de su superioridad técnica. Los soldados morían por miles bajos las piedras que caían desde cualquier punto. Por suerte, Cortés y sus hombres lograron atrincherarse en el palacio donde todavía permanecía Motezcuma. En un intento de calmar la situación, Cortés decide mandarlo a hablar a la muchedumbre desde una de las terrazas del palacio.
Fue un error táctico, puesto que los rebeldes ya habían elegido a su hermano Cuitláhuac como su nuevo líder hartos como estaban de la complacencia de Moctezuma con los conquistadores. Durante su discurso a la muchedumbre una piedra le golpeó en la cabeza y moría poco después.
Españoles deshaciendose del cuerpo de Moctezuma, Códice Florentino s.XVI |
Comienza así la noche del 30 de junio de 1520, más conocida como la "Noche Triste", de cuyo relato sabemos gracias a la crónica de un tal Bernal Díaz del Castillo, soldado español testigo presencial de los
hechos.
La situación estaba descontrolada y era necesario actuar pronto. Los españoles acorralados deciden repartir el oro robado, unos 700.000 pesos de oro, entre los allí presentes según su rango y comenzar la retirada desesperadamente. La expedición de unos 2000 españoles y 10.000 tlaxcaltecas se prepara para la huída durante la noche, manteniendo a Cortés y el grueso de las tropas defendidas desde la retaguardia.
Sus esfuerzos por no ser descubiertos fueron en vano, los puentes hechos de canoas por donde querían huir serían cortados y los enemigos terminaron rodeándolos. Dicen las crónicas que la sangre corrió por toda la laguna.
La mayoría de las tropas españolas murieron durante la noche. Los caballos, las armas y el oro robado terminaron desperdigados por la laguna mezclado entre los cadáveres. Aquellos que fueron capturados, tuvieron pero suerte y serían sacrificados en las escalinatas del templo. Se calcula que murieron entorno a unos 600 españoles, más de la mitad de las tropas, y unos 800 tlaxcaltecas aliados. Fue una derrota decisiva, que dejó impactado al propio Hernán Cortés del que se asegura lloró amargamente ante la magnitud del desastre.
Las tropas españolas que lograron escapar de la masacre, buscaron refugio en el territorio aliado de Tlaxcala. Allí la suerte cambió a su favor, consiguieron reorganizarse y hacer frente al enemigo en la batalla de Otumba. Lograron descabezar al ejército enemigo y con ello se inicia la primera etapa hacia la reconquista de la capital, Tecnochtitlán el 13 de agosto de 1521. Era el comienzo del fin del imperio azteca...
La situación estaba descontrolada y era necesario actuar pronto. Los españoles acorralados deciden repartir el oro robado, unos 700.000 pesos de oro, entre los allí presentes según su rango y comenzar la retirada desesperadamente. La expedición de unos 2000 españoles y 10.000 tlaxcaltecas se prepara para la huída durante la noche, manteniendo a Cortés y el grueso de las tropas defendidas desde la retaguardia.
Sus esfuerzos por no ser descubiertos fueron en vano, los puentes hechos de canoas por donde querían huir serían cortados y los enemigos terminaron rodeándolos. Dicen las crónicas que la sangre corrió por toda la laguna.
La mayoría de las tropas españolas murieron durante la noche. Los caballos, las armas y el oro robado terminaron desperdigados por la laguna mezclado entre los cadáveres. Aquellos que fueron capturados, tuvieron pero suerte y serían sacrificados en las escalinatas del templo. Se calcula que murieron entorno a unos 600 españoles, más de la mitad de las tropas, y unos 800 tlaxcaltecas aliados. Fue una derrota decisiva, que dejó impactado al propio Hernán Cortés del que se asegura lloró amargamente ante la magnitud del desastre.
Las tropas españolas que lograron escapar de la masacre, buscaron refugio en el territorio aliado de Tlaxcala. Allí la suerte cambió a su favor, consiguieron reorganizarse y hacer frente al enemigo en la batalla de Otumba. Lograron descabezar al ejército enemigo y con ello se inicia la primera etapa hacia la reconquista de la capital, Tecnochtitlán el 13 de agosto de 1521. Era el comienzo del fin del imperio azteca...
Fuentes:
www.educarchile.cl
Imágenes: www.mexicomaxico.org/ Wikipedia Commons/www.biografiayvidas.com/ www.publications.newberry.org
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