La ciudad de los tres nombres

07 julio 2012

Existe una ciudad que a lo largo de su historia ha cambiado de nombre hasta en tres ocasiones, siempre en relación con la civilización a la que estuvo sometida. Ha sido conocida como Bizancio, Constantinopla y actualmente, Estambul.
Fundada por los griegos en el 667 a.C fue llamada Bizancio y pronto se convertiría en un importante núcleo comercial que unía las rutas procedentes de Oriente y Occidente gracias a su posición estratégica en la península que domina el estrecho del Bósforo. La ciudad posee un puerto natural, el llamado Cuerno de Oro, que se acerca a las costa de Asia en pocos kilómetros y era el paso obligado del comercio en la región.

Durante el Imperio Romano, fue reconstruida por el emperador Constantino I el Grande, que la convirtió en la capital del Imperio Romano de Oriente o Neo Roma Constantinopolis.
Según los textos que nos han llegado hasta la fecha, las obras para edificar la nueva ciudad comenzaron en el 328 d.C llegando a trabajar en ellas hasta 40.000 soldados. Para atraer a la población, Constantino concedió importantes beneficios económicos para artesanos y comerciantes.
Tenía un foro, localizado en la punta de la península, en torno a una plaza cuadrangular llamada "Augusteon" alrededor de la cual se situaban los edificios más destacados como el Palacio Sagrado, el Senado, el Hipódromo y la basílica de Santa Sofía.
Mapa de Constantinopla
Durante el Imperio bizantino (395-1453), Constantinopla fue una ciudad prácticamente inexpugnable gracias a su emplazamiento y a la construcción de un doble cinturón de murallas que impedía su acceso por tierra. 
Además los bizantinos desarrollaron ingeniosas técnicas de defensa como la de extender una cadena por el Cuerno de Oro que impedía el ataque de los barcos enemigos o el llamado "fuego griego", una mezcla extremadamente infamable similar a una bomba que podía seguir ardiendo incluso en el agua. Su composición era secreta pero los investigadores creen que estaba compuesta de nafta, azufre, nitrato y cal viva entre otros ingredientes. 
Como centro económico no tenía rival e incluso acuñó su propia moneda, el sólido de oro, que mantuvo su cotización durante siete siglos siendo aceptada por gran parte del mundo conocido hasta entonces, desde la India hasta Europa occidental. 
Pero a partir del siglo XII, el imperio bizantino tuvo que hacer frente a la expansión de los turcos por el Mediterráneo. La ciudad pudo resistir durante varios siglos, pero finalmente en 1453 el sultán turco Mohamed II tomó la capital. 
De nuevo la ciudad cambiaría de nombre, llamandose desde entonces Estambul (Ìstanbul) y conviertiéndose en la capital del imperio otomano hasta después de la Primera Guerra Mundial.
Iglesia de Santa Sofía 
La caída de la mítica ciudad de Constantinopla supuso el final del imperio bizantino y conmocionó al resto de Europa occidental. Durante mil años, sus murallas habían frenado el ataque del Islam en el continente, pero sin ella los otomanos dominarían toda Europa oriental.
Su conquista en 1453 es considerada por los historiadores como el hecho que puso fin a la Edad Media.


Fuentes:
Manual Historia. Editorial Anaya (M.Burgos Alonso y VVAA)
Wikipedia. Imágnes con licencia de documentación libre GNU
Imagen de cabecera: Mapa de Estambul 1422 por Cristoforo Buondelmonti




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