Durante el siglo XVIII en Europa predomina la forma de gobierno propia de la monarquía absoluta. El poder se concentra en las manos del rey, omnipresente, que justifica su autoridad basándose en el derecho divino. El monarca se presenta ante su pueblo como el elegido por la divinidad para gobernarles argumentando que "dios así lo quiere". Éste poder es resultado del proceso de fortalecimiento que consigue la realeza europea desde la Edad Media a costa de los privilegios de la nobleza. Junto a la monarquía absoluta de corte tradicional también existen en Europa otras formas de gobierno. Éste es el caso del despotismo ilustrado, que aunque concentra los poderes en la figura del rey manteniendo su carácter absolutista, sin embargo por influencia de la Ilustración, aspira a intervenir por el bien de sus súbditos.
Esto no será una realidad, puesto que su máxima expresión que identifica el despotismo sería "Todo por el pueblo, pero sin el pueblo", es decir, gobernaban para el pueblo pero sin contar con su opinión.
En definitiva, pocas cosas han cambiado y el poder sigue concentrado en las mismas manos que en épocas anteriores. Los cambios promovidos por los ilustrados no fueron demasiado profundos en la estructura política aunque sí en su significado.
Algunos de estos reyes ilustrados como Federico II de Prusia, Catalina II de Rusia o Carlos III de España, fueron impulsores de reformas económicas y administrativas en sus respectivos países, pero el fundamento del poder no había cambiado y ninguno de ellos estaba dispuesto a renunciar a éste.
Esto no será una realidad, puesto que su máxima expresión que identifica el despotismo sería "Todo por el pueblo, pero sin el pueblo", es decir, gobernaban para el pueblo pero sin contar con su opinión.
En definitiva, pocas cosas han cambiado y el poder sigue concentrado en las mismas manos que en épocas anteriores. Los cambios promovidos por los ilustrados no fueron demasiado profundos en la estructura política aunque sí en su significado.
Algunos de estos reyes ilustrados como Federico II de Prusia, Catalina II de Rusia o Carlos III de España, fueron impulsores de reformas económicas y administrativas en sus respectivos países, pero el fundamento del poder no había cambiado y ninguno de ellos estaba dispuesto a renunciar a éste.
Sin embargo, existen otros modelos monarquía como el que encontramos en Inglaterra desde finales del siglo XVII. Tras una guerra civil que terminaría instaurando la República, el monarca inglés pierde en la práctica todos los poderes acatando la constitución. En éste caso la monarquía es limitada, el rey en sus decisiones debe tener en cuenta al Parlamento, que en la realidad es el que ostenta el poder ejecutivo.
Por tanto, "la ley se situaba por encima del rey " y además el monarca tampoco tenía los poderes legislativo y judicial.
Por tanto, "la ley se situaba por encima del rey " y además el monarca tampoco tenía los poderes legislativo y judicial.
Para hacerte una idea de la situación en la que se encontraba Europa durante el siglo XVIII aquí os dejo una presentación muy interesante. Pon el altavoz y aprende un poco más sobre el tema. Espero que te guste...
- Enredando en el instituto
- Imágenes: Wikipedia Common, www.kalipedia.com
8 Comentarios:
m E INTERESA MUCHO LA INFORMACION SOBRE EL TEMA DEL SIGLO XVIII EN EUROPA ESTA MUY BIEN PLANTEADO CON TODO LO IMPORTANTE
esta bien n.n
Me ha sido util esta información. ¡Gran trabajo! ¯\_(ツ)_/¯
Esta buebisimo, lo amo, me fascina demasiado, es lo más maravilloso que e visto en mi vida, felicidades
Bueno he muy bueno
Es interezante la informacio
Muy bueno
Excelente agradecida de mucha ayuda
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