El enigmático cuadro de Holbein: Los embajadores.

09 abril 2014




"Los embajadores" del alemán Hans Holbein el Joven pintada en 1533, es uno de los mejores ejemplos de lo enigmático que puede llegar a ser una pintura. El complejo código visual y la riqueza simbólica que nos propone este lienzo, la convierten en una obra maestra del Renacimiento europeo porque no basta con mirarlo sino que debemos ver más allá de los objetos representados.
Hans Holbein, uno de los máximos exponentes de la pintura alemana del siglo XVI, se convirtió pronto en un gran retratista de claras influencias intalianizantes como vemos en la que presentamos. Viajó por Europa conociendo el oficio y terminaría llegando a la corte inglesa por recomendación de Tomás Moro donde realizó algunas de sus mejores obras, como el famoso retrato de Enrique VIII que puede verse actualmente en la National Portrait Gallery de Londres. 
¿Pero qué vemos realmente en este cuadro?
A simple vista podríamos decir que nos encontramos ante un retrato doble, algo novedoso para la época, donde los personajes miran directamente al espectador colocados a ambos lados de una especie de mueble expositor.Sabemos la identidad de estos dos hombres, así a la izquierda se encuentra el embajador francés Jean de Dinteville, y a la derecha, su amigo Georges de Selve obispo de Lavaur, también embajador que visitaba la corte inglesa en esas fechas. La escena parece la toma de posesión en el cargo del joven Dinteville, que encargó la obra a Holbein para conmemorar el acontecimiento. En aquellos días de 1533 todavía existía la esperanza en llegar a un acuerdo en las relaciones entre Francia, Inglaterra y el Vaticano, pero poco después la excomunión de Enrique VIII supuso la ruptura definitiva entre las iglesias anglicanas y romana. 
Pero si observamos bien, se intuye un significado más profundo en todo los detalles
Por ejemplo, en el centro del cuadro se encuentran los estantes donde se apoyan nuestros protagonistas y en ellos se exponen una serie de objetos diversos que incluyen un globo celeste y otro terráqueo, dos calendarios solares y algunos instrumentos astronómicos como el torquetum, además de un laud, un libro de himnos e incluso un libro de aritmética. File:Ambassadors-lower-shelf.jpgTodos ellos suponen una recopilación de las artes liberales, que desde la Edad Media se denominaron "Quadrivium". El estudio de estas artes incluye las ciencias matemáticas, la aritmética, la geometría, la astronomía y la música. Es decir, ambos personajes están así relacionados con los conocimientos propios de los hombres libres del Renacimiento y reflejan su pertenencia a una minoría privilegiada y culta.
Pero es que además cada uno de estos objetos tienen una historia propia. Así el laúd con una cuerda rota se ha interpretado como referencia a la división religiosa que sufría Europa en aquella época. Los calendarios solares fijan la fecha (11 de abril) y la hora (10:30) y algunos investigadores la asocian a la fecha del Viernes Santo de ese año. En cuanto a los libros impresos que Holbein pintó en la escena, destaca el libro de himnos luterano sobre el que se apoya de Selve y que simbolizaría su postura ideológica basada en la doctrina luterana de justificación por la fe, no por las obras.
Incluso el suelo pintado bajo los pies de estos dos embajadores sigue un código intencionado. 
Leonardo da Vinci y el llamado Hombre de Vitruvio
El mosaico imitando mármol de círculos concéntricos, es una clara referencia al modelo de perspectiva renacentista y está basado en el pavimento real de la abadía de Westminster. Los personajes se colocan en el centro siguiendo la idea humanista y antropocéntrica tan de moda en la época del "hombre como centro del universo
¿Por qué eligió Holbein el retrato de dos personajes?
Algunos estudios hablan de su intención de representar la dualidad humana. Por una parte el "hombre de acción" en la figura de Dinteville que orgulloso sujeta su daga portando al cuello la medalla de la Orden de San Miguel que resaltan su origen francés. Por otra, el "hombre contemplativo", en el retrato de Selve, que apoyando su brazo derecho sobre un libro de oraciones tiene una actitud más serena. 
¿Y qué representa ese objeto extraño que concentra todas las miradas?
Detalle de la obra con la calavera distorsionada
Situado en la parte baja del cuadro ha intrigado durante mucho tiempo a los investigadores.
Podemos decir que toda la complejidad del lienzo se resume en esta desconcertante imagen. Parece un cráneo deformado y desde luego, no esta ahí por casualidad. 
Técnicamente es una anamorfosis, es decir, una deformación intencionada de una imagen que sólo puede ser corregida mediante un efecto óptico como puede ser por ejemplo un espejo curvo. Esta técnica innovadora obliga al espectador a situarse en una perspectiva concreta para poder ver la imagen correctamente.

File:Holbein spoon trick.jpg
Imagen corregida de la anamorfosis con una cuchara
Nada de lo que está aquí representado es lo que parece y si además añadimos que la imagen de un cráneo se interpreta como un símbolo universal de la mortalidad, podríamos suponer que significa una metáfora de la propia muerte de los personajes...
Nada escapa a la muerte que todo lo inhunda. Una alegoría de la Vanitas muy frecuente en el pensamiento del siglo XVI. Esta es la clave de la obra. Ambos personajes a pesar de toda la grandeza y solemnidad con que se nos presentan, siguen siendo mortales al igual que el resto de la humanidad y todo lo que han hecho en vida, no tendrá ningún valor.
Al mirar esta obra se nos pide un esfuerzo intelectual porque estamos ante lo que se conoce como "un cuadro dentro del cuadro". Tenemos que ver lo invisible en lo visible, lo oculto entre los símbolos. Un cuadro complejo que todavía resulta enigmático.

Fuentes:
www.national
www.employees.oneonta.edu 
"Historia del Arte". VV.AA (editorial Ecir)









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